Según la Defensoría del Pueblo, se acentúa la caída en el consumo de alimentos de primera necesidad
En los hogares con «ingresos insuficientes y grandes dificultades económicas» el consumo de carne cayó en el 71,2% de los casos. También se registró una disminución alarmante en la ingesta de huevos, lácteos, frutas y verduras.
Un informe de la Defensoría del Público de Córdoba arrojó resultados alarmantes sobre cómo repercute la crisis económica en la alimentación de la población. Según el relevamiento, en los hogares con «ingresos insuficientes y grandes dificultades económicas» el consumo de carne cayó en el 71,2% de los casos.
Además, en este sector también cayó el consumo de un sustituto habitual de la carne roja: el 55,8% compra menos pollo.
En el 61,5% de estos hogares se compra menos huevos; en el 58,5%, menos leche; y el 50,0% compra menos de otros lácteos, como también frutas y verduras.
La entidad concluyó que los hogares con más dificultades disminuyeron el consumo de todos los alimentos sobre los que se les consultó.
Se generalizan las estrategias de ahorro
Independientemente de los niveles de ingresos y la situación económica de cada hogar, prácticamente todos los hogares relevados por el Instituto de Estadísticas del Defensor del Pueblo utilizan estrategias para ahorrar en la compra de alimentos y bebidas (98,6%).
El 90,2% busca ofertas o promociones. Un 80,6% procura aprovechar mejor los alimentos para evitar desperdicios. El 79,0% sustituye marcas por otras más económicas. El 75,0% compara precios de diferentes negocios. El 69,1% aprovecha descuentos por la forma de pago.
En el 72,3% de los hogares el precio es el factor determinante a la hora de elegir el lugar de compra, prevaleciendo sobre cuestiones como «cercanía» y «calidad».
Y en el 41,1% el precio es el principal motivo para decidir la compra de alimentos, prevaleciendo este factor por sobre «calidad» (26,8%) y «preferencias personales» (14,9%).
Menos esparcimiento y menos ropa
Los hogares han resignado sus consumos en ocio y esparcimiento. Las salidas a comer afuera disminuyeron en un 44,2%. También disminuyeron los viajes por turismo (36,3%), ir al cine (35,6%), y otras actividades culturales (31,4%).
Por su parte, la compra de ropa y calzado disminuyó en el 41,6% de los casos.