La historia del bebé de vientre subrogado que quedó abandonado en una clínica de Córdoba
Nació prematuro y la progenitora francesa que subrogó un vientre, aportando su óvulo, no se hizo cargo.

Se trata de un bebé que nació prematuro y la progenitora, una mujer francesa, nunca apareció. Primero, el pequeño quedó abandonado en la neo de una clínica y luego, pasó a una familia por acogimiento.
Una dura historia que pone de manifiesto una vez más, los vacíos legales existentes en Argentina sobre la práctica de subrogación de vientres.
El parto iba a ser en una clínica de Buenos Aires con un obstetra ya contratado para tal fin. Pero nada salió según lo planeado: el bebé nació dos meses antes en una clínica de Sanatorio Allende del barrio Cerro de las Rosas.
La mujer cordobesa que dio a luz explicó a los médicos que no era su madre, sino que había sido contratada para llevar adelante el embarazo a través del método “gestación por sustitución”.
La progenitora se trataba de una mujer francesa, quien había aportado sus óvulos y pagado por el tratamiento médico, pero que nunca apareció ni se hizo cargo del bebé.
Tras el alta de la mujer cordobesa, el bebé quedó internado durante dos meses en neonatología de la clínica. En absoluta soledad.
Ante lo sucedido, desde la clínica se comunicaron con la SeNAF, por lo que el pequeño pasó a estar al resguardo de una familia de acogimiento hasta que se decrete su adoptabilidad.
El caso está siendo investigado por el fiscal Enrique Senestrari. Según se afirma, la mujer gestante de Córdoba se encontraba en una situación de vulnerabilidad al momento de firmar el contrato por subrogación de vientre.
Cabe recordar que el método no está legislado en el país. No obstante, se practica bajo el amparo legal de que “todo lo que no está prohibido, está permitido”.
En los últimos años, ha ido en ascenso en nuestro país el “turismo reproductivo” y son múltiples las agencias que ofrecen a la Argentina como un destino amigable para quienes buscan ser padres a través de gestación por sustitución. Ante esto, viajan personas de España, Francia, Italia y Alemania, en donde la práctica está prohibida.
Fuente: La Nación