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octubre 13, 2025
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El 31,6% de la población argentina está por debajo de la línea de pobreza, según el Indec

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicó este jueves los datos de pobreza e indigencia correspondientes al primer semestre de 2025. Según el informe, el 31,6% de la población vive en condiciones de pobreza. Esta cifra representa una baja significativa respecto al segundo semestre de 2024, cuando se registró un 38,1%, y aún más respecto al primer semestre de ese mismo año, que había marcado un 52,9%.

El Gobierno, y en particular el presidente Javier Milei, destacan esta reducción como un logro en medio del ajuste económico, atribuyendo los picos anteriores a la devaluación masiva de diciembre de 2023, medida que suelen adjudicar al gobierno previo.

En el país, el Indec calcula los niveles de pobreza e indigencia únicamente en base a los ingresos monetarios de los hogares, sin considerar otras dimensiones como el acceso a educación, salud, vivienda, empleo o servicios públicos.

Para determinar si una persona es considerada pobre o indigente, se utilizan dos indicadores:

  • Canasta Básica Alimentaria (CBA): define la línea de indigencia y contempla solo alimentos esenciales.
  • Canasta Básica Total (CBT): incluye además bienes y servicios no alimentarios, y traza la línea de pobreza.

A agosto de 2025, los ingresos mínimos necesarios para no ser considerado pobre eran:

  • $375.657 por mes para un adulto.
  • $924.116 para un hogar de tres personas.
  • $1.160.780 para una familia de cuatro.
  • $1.220.885 para hogares de cinco integrantes.

En el caso de la indigencia, el umbral fue de $168.456 por adulto. Cabe señalar que estos cálculos no contemplan gastos de alquiler, a pesar de que, según el Censo 2022, uno de cada tres hogares en Argentina no es propietario.

Las canastas se actualizan mensualmente según el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Sin embargo, existen críticas a la metodología utilizada, ya que la estructura de la canasta base proviene de datos de 2004/2005, lo que la hace poco representativa del consumo actual.

Desde diciembre de 2023, el peso de los servicios en los gastos familiares creció notablemente, pero estos tienen menor incidencia en la medición oficial de inflación que los alimentos. Esto genera un desfase entre el costo real de vida y los indicadores utilizados para medirlo.

En contraste, la Ciudad de Buenos Aires emplea una canasta más actualizada —basada en la Encuesta Permanente de Hogares de 2017/2018— que pondera en mayor medida los servicios. Como resultado, la inflación acumulada en CABA desde la llegada de Milei supera en unos 30 puntos porcentuales a la media nacional, lo que indicaría que la pobreza real en esa jurisdicción podría ser mayor a la reportada oficialmente.

Más ingresos, menos poder de compra

Aunque los ingresos nominales aumentaron en lo que va de 2025, no lograron mantener el ritmo de la inflación, afectando el poder adquisitivo de las familias. Esto se ve reflejado en la caída del consumo masivo registrada desde el inicio del actual gobierno.

Así, aunque los números oficiales muestran una baja en los índices de pobreza, esta podría estar influenciada más por cuestiones metodológicas que por una mejora real en las condiciones de vida.