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agosto 17, 2025
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Desregulación de drones: más libertad operativa y menos control estatal

Con la resolución de la ANAC se abre un escenario de uso irrestricto para equipos más livianos, incluso en áreas urbanas, sin necesidad de permisos, cursos ni habilitaciones.

La decisión del Gobierno de eliminar licencias y restricciones para el uso de drones —en equipos de hasta 25 kilos y sin límites para los de menos de 250 gramos— marca un cambio drástico en el control estatal sobre esta tecnología.

Con la resolución 550/2025 de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), publicada en el Boletín Oficial, la normativa de 2019 queda atrás y se abre un escenario de uso irrestricto para los drones más livianos, incluso en áreas urbanas, sin necesidad de permisos, cursos ni habilitaciones.

El impacto es doble, por un lado en el sector productivo, la eliminación de trabas promete acelerar la adopción de drones para vigilancia rural, control de ganado, tareas agrícolas, logística y seguridad privada. En zonas rurales, drones de hasta 25 kilos podrán volar sin licencias, reduciendo tiempos y costos de implementación.

Mientras que en el mercado de capacitación, se rompe el monopolio que restringía la formación a una sola empresa, habilitando a cualquier centro o instructor a dictar cursos, lo que podría generar competencia, bajar precios y diversificar la oferta.

Según el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, la medida “saca del medio al Estado” en las operaciones de bajo riesgo y se alinea con los principios de libre mercado. Esto implica que el operador asume el riesgo total del uso, sin intervención ni seguimiento estatal previo.

La apertura trae también desafíos: especialistas advierten que un uso sin licencia ni capacitación obligatoria podría incrementar incidentes por desconocimiento técnico o violaciones a la privacidad. Sin embargo, la ANAC sostiene que la seguridad operacional seguirá siendo “un objetivo irrenunciable”, aunque se aplicará bajo un esquema más flexible y segmentado en dos categorías: “abierta” (bajo riesgo, sin autorización previa) y “específica” (riesgo moderado o alto, con análisis de riesgos).