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noviembre 21, 2024
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Fabiola: »Esos videos que aparecieron son poca cosa al lado de lo que hizo»

La ex primera dama reveló que Alberto Fernández la amenazó durante dos meses con que se iba a suicidar. Dijo temer por su hijo y que sufre intimidaciones en Madrid. Aseguró que en su entorno se sabía lo que pasaba.

Fabiola Yañez dijo que se sintió huérfana de ayuda de muchos que conocían la violencia que sufrió. Foto: archivo

La ex primera dama Fabiola Yañez brindó la primera entrevista tras la denuncia contra Alberto Fernández por violencia de género y aseguró que el expresidente la «amenazó» durante «dos meses» con que «se iba a suicidar», al tiempo que agregó: «He cuidado a este hombre de tantas cosas que él ha hecho, que esos videos que aparecieron el otro día son poca cosa al lado de lo que hizo».

«Esta persona (Alberto Fernández) estuvo durante dos meses – están todos los chats y hay muchas personas que lo saben- amenazándome día por medio con que, si yo hacía esto o lo otro, se iba a suicidar. Eso no se hace», afirmó Yañez durante una entrevista con Infobae en Madrid, donde reside.

Dijo temer por su hijo: “Jamás hubiera querido exponerlo”, lamentó, en referencia a las fotografías que han trascendido con su rostro golpeado. El temor continúa en el presente, en su casa en la capital española: “Yo hoy no podía salir. Pusieron inhibidores que hacían que el auto se apagara”. No sabe quién es el responsable de estas intimidaciones, pero desea que la Justicia se encargue de investigar.

Yañez denunció al expresidente Alberto Fernández por «violencia física» y «terrorismo psicológico», según la presentación que hizo ante la Justicia.

La denuncia fue realizada a través de la plataforma Zoom ante el juzgado del magistrado federal Julián Ercolini, luego de que se conocieran chats y fotos que estaban en el celular de la secretaria de Fernández.

En su declaración, también se refirió a mensajes telefónicos por parte del expresidente que tenían el objetivo de amedrentarla, lo que la llevó a cortar el diálogo con Fernández.

Cuando realizó la presentación ante el juez, la ex primera dama aclaró además que su comunicación con el exmandatario actualmente se mantiene a través de su madre, a los fines de no romper el vínculo con el hijo que comparten.

“Mi familia está sufriendo, separada; separada porque mi mamá está conmigo”. Reveló Yañez que su madre es la única persona que la está “sosteniendo” en España, que no tiene “empleados ni niñera”, como dijo haber leído en medios. “Solas otra vez, y en Olivos también estuve sola. Siempre estuve sola”, afirmó. Y no puede trabajar, aseguró, mientras tiene que soportar rumores de que pasea por las calles más exclusivas de Madrid. “Viví una situación muy horrible cuando él -Alberto Fernández- dijo que mi mamá y mi hermanita eran… no voy a decir la palabra que utilizó. Dijo que él estaba manteniéndolas”, relató, angustiada sobre el impacto de esa frase sobre sus seres queridos.

”Terrorismo psicológico”

Confesó que el disparador de la denuncia contra Alberto Fernández fue el “acoso telefónico, terrorismo psicológico”. En medio de esas traumáticas vivencias, su hipertensión se descontroló, al punto de sufrir picos de presión que la llevaron a terminar internada en España.

Estas sólo son las primeras confesiones de una mujer a la que “la gente no conoció” y “a la que nunca nadie defendió”, se quejó. En la quinta de Olivos era el trabajo social, su tarea como primera dama, lo que la “mantenía en pie, y lo hacía con todo el amor del mundo”. En lo demás, nadie le dio su ayuda, tampoco el Ministerio de la Mujer, tampoco los políticos del entorno íntimo, que sabían lo que pasaba, subrayó.

Y proclamó: “Yo necesito estar íntegra para mi hijo y durante mucho tiempo en Olivos no lo estuve. Pero hoy me siento más fuerte que nunca.”

El siguiente es una parte del diálogo:

—¿Cómo estás?

— No, no sé. No hay palabras. No, no sé. Estoy pasando un momento como nunca antes imaginé. Por algo que no salió de mí. Que salió a raíz de la consecuencia de una causa. Sale del teléfono de otra persona. Yo nunca hubiese hecho una cosa como esta porque jamás hubiese querido exponer a mi hijo o que mi hijo tenga que ver algo de esto algún día en su vida. Y ahora lo va a tener que ver. Y no salió de mí. Salió de un teléfono de una causa por corrupción.

—¿Cómo estás con tener que revivir finalmente algo que fue un dolor enorme?

— Fue tremendo durante muchos años, pero hoy también tengo un poco de calma al haber grabado este documental que grabé. Las personas que lo hicieron, que estuvieron conmigo, me dieron tanta seguridad y tanta libertad para expresarme y dejar fluir todo, todo lo referido a lo que ha pasado conmigo, con mi imagen. Yo no puedo trabajar hoy. Porque había 45 millones de argentinos con indignación -y lo entiendo – por un montón de cosas. Pero también hay otra cuestión: a mí no me dejaban hablar. Cualquiera dijo de mí lo que quiso en televisión, en radio, en los diarios, en donde sea. Jamás nadie salió a defenderme, nadie me defendió. Lo único que yo recibía como respuesta de la persona encargada de la prensa presidencial era: “No les contestes porque les das entidad”. Entonces la gente no conoce mi voz. La gente no conoce mi trabajo, no conoce nada de mí. La gente no me conoció.

— Hiciste trabajo social en tus años de primera dama.

— Era lo que me mantenía en pie. Y además lo hacía con todo el amor del mundo. Y toda la gente con la que trabajé, que me conoce, sabe lo que hice a cambio de nada, porque ni siquiera se publicaban las cosas que yo hacía. ¿Por qué? Porque siempre me tuvieron relegada. ¿Cuántas primeras damas hay en el mundo a las que el Papa (Francisco) recibe siete o cinco veces?, ya ni me acuerdo.

—¿Apoyó tu trabajo?

— Sí, apoyó mi campaña en contra del bullying, fue quien me ayudó a lanzarla internacionalmente.

— ¿Qué te decía tu expareja, Alberto Fernández, de eso?

— Que yo tenía que hacer lo que esta persona encargada de esa área decía, porque ellos sabían lo que decían y que yo tenía que quedarme callada.

— Yendo para atrás, ¿hubo una historia de amor al principio?

— Sí, muchos años. Más de 14 años. Me acordaba ayer. Esa foto en las redes sociales del compromiso que fue en París el 14 de mayo de 2016…

— ¿Y qué pasó después?

— No puedo contar exactamente lo que pasó. Todas estas cuestiones las manifesté en el material que se grabó. Y así como yo tenía que resguardar mi integridad, por el miedo que tengo… hoy no podía salir de mi casa, pusieron inhibidores para que yo no pudiera salir de mi casa. Inhibidores que hacían que el auto se apagara.

— ¿Quién hace eso?

— No lo sé. Deberá investigar la Justicia porque yo no sé por qué sucedió eso.

— ¿Por qué podés contar lo que pasó?

— Porque tengo que resguardarme y porque tengo miedo. Hoy tengo miedo de volver a mi casa. ¿Qué voy a hacer con mi hijo? ¿Por qué inhibieron todo el lugar? Para que no pudiera salir de mi casa. ¿Cómo vuelvo? ¿Qué hago con mi hijo y con mi mamá? Bueno, por ese miedo y por lo que grabé con quienes firmamos un contrato de confidencialidad.

— ¿Cómo es tu vida acá, en Madrid?

— ¿Mi vida? Han dicho que vivo una vida de lujo. Yo no tengo empleada y no tengo niñera. Mi mamá es la que me ayuda con mi hijo y es la que está sosteniendo todo. Dijeron que me vieron caminando por calles donde están las marcas de lujo, pero jamás fui a caminar a ninguna de esas calles. Eso es mentira porque yo no puedo caminar por la calle.

“En la residencia de Olivos yo siempre estuve sola”

Además de revelar dramáticos momentos de su convivencia con el expresidente Alberto Fernández, Fabiola Yañez se quejó de que siempre se sintió sola en la quinta de Olivos.

A continuación, otra parte de la extensa entrevista que mantuvo con Infobae:

— ¿Qué te pasó cuando viste las fotos?

— Me destruí, pero me destruí por mi hijo. Yo jamás hubiese querido que saliera una foto así de mí. ¿Qué mujer se quiere ver en todos los programas de televisión y en los medios del mundo así? No entiendo cómo se filtraron los chats y que se guardaran la foto para el último momento… (llora y pide un pañuelo…retoma al minuto). Creo que no hay una mujer en el mundo que quiera verse así. Hay otras causas sobre violencia que siempre van por lo privado. Entonces sus hijos no lo van a ver, ni su familia. Mi familia está sufriendo por ver esto. Tengo a mi familia toda separada porque mi mamá tuvo que venir a apoyarme a mí hace más de un año y medio. Tuvo que dejar a su esposo, alejarse de su hija, de mi hermanita que tiene 17 años y estaba terminando el secundario. Y acá estamos solas, obviamente. Y en Olivos yo siempre estuve sola, porque mi familia vivía a más de mil kilómetros. Yo siempre estuve sola.

— Recién te preguntaba sobre tu historia de amor, ¿en qué momento se rompe? ¿en qué momento cambia?

— Sucedió una cosa muy importante, después del 14 de mayo pero no te la puedo contar…

— Esto empieza antes de la Presidencia…

— Claro que sí.

— ¿Qué te pedía Alberto Fernández? ¿que no hablaras? ¿que volvieras con él?

— Esas cosas no las puedo decir porque están dentro de lo que es la causa.

— ¿Viviste violencia económica?

— La verdad es que no, pero sí viví una situación muy horrible. Cuando él no se dio cuenta que me estaba hablando, tenía el teléfono en altavoz y él dijo que mi mamá y mi hermanita eran… No voy a decir la palabra que utilizó… que las estaba manteniendo. Cuando no tengo ni una empleada. Eso fue una manera de reclamarme una cuestión económica y despreciar a mi familia también. Mi hermana lo escuchó y se largó a llorar.

— ¿Sufriste algún tipo de violencia sexual?

— No puedo. No puedo hablar de esas cosas.

— En los chats hablás de un evento en particular en el que decís que te estuvo lastimando durante tres días…

— No puedo hablar. Eso está dentro de la causa y del secreto de sumario.

— Por la fecha del chat todo indicaría que esto fue cuando vos estabas embarazada, ¿no?

— En realidad, lo peor fue el último año cuando me voy a vivir a la casa de huéspedes.

— ¿Te vas con tu bebé a la casa de huéspedes?

— Tuve que salir en pantuflas y bata e irme a la casa de huéspedes.

— ¿Te sentías en peligro?

— No, pero no soportaba más. ¿Cómo una persona con tanta impunidad te hace una cosa así? Entonces ni siquiera le contestaba. Agarraba, me ponía la bata, las pantuflas y me iba a la casa de huéspedes. Y después tomé la decisión. En julio más o menos. Cuando empezaron a decir que estábamos separados, era verdad. Solo que no lo querían decir. Entonces, obviamente, si yo me iba de Olivos iba a ser un escándalo. Entonces, todavía queriéndolo ayudar, me voy a vivir a la casa de huéspedes, donde él cada vez que llegaba abría la puerta. Pero no es que me golpeaba la puerta para entrar. Abría la puerta así, de un portazo. Y yo ahí viví con mi hijo el último tiempo. Entonces empezaron desde antes de agosto, todas las semanas, a darme un cuento distinto: “Mañana te vas”, y así. Pero no me dejaron ir hasta el 2 de diciembre.

— ¿Estuviste cautiva en Olivos?

— No, porque igual tampoco es que salía mucho, ustedes saben. A mí jamás nadie me vio en un restaurante, en un bar. Jamás, porque nunca salí a hacer esas cosas. Simplemente iba a la casa de una amiga. Pero me quería ir y no podía. Me inventaban una cosa todas las semanas para irme llevando.

— ¿Por ejemplo, qué te decían?

— Cosas como: “Mañana arreglamos el avión, para que puedas viajar de la forma más segura”, y no sé cuánto más para viajar a Madrid. El destino no lo elegí yo. Él lo eligió por su comodidad. Y así hasta el 2 de diciembre. Entonces del país no pude salir nunca.

— Ese tiempo en la casa de huéspedes con tu bebé, ¿sufrías violencia?

— Y… que una persona entre a tu intimidad hasta abrir no solo la puerta de entrada sino la de la habitación para ver qué estaba haciendo, qué podía estar haciendo…

— ¿Te dolió revivirlo, más allá de tu hijo Francisco? ¿Recordarte en esas situaciones?

— Sí. Al revivir todas esas cosas que pasaron me di cuenta que no era normal.