El Gobierno calificó el paro de la CGT como “un fracaso”
Aunque reconoció que la medida generó una pérdida económica cercana a los 900 millones de dólares, funcionarios del Ejecutivo minimizaron la adhesión y destacaron el funcionamiento de diversos sectores durante la jornada.

El Gobierno nacional desestimó este jueves el impacto del paro general convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) al calificarlo como “un fracaso” y afirmar que tuvo un “95% de rechazo” por parte de la ciudadanía. Aunque reconoció que la medida generó una pérdida económica cercana a los 900 millones de dólares, funcionarios del Ejecutivo minimizaron la adhesión y destacaron el funcionamiento de diversos sectores durante la jornada.
Desde primeras horas del día, el Ejecutivo desplegó una campaña para restar importancia a la huelga. El vocero presidencial, Manuel Adorni, difundió mensajes a través de sus canales oficiales en los que criticó a los organizadores del paro, refiriéndose a ellos como “la casta sindical kirchnerista de los Moyano”. En el mismo mensaje, recordó que estaba habilitada la línea 134 para denunciar presuntas amenazas a trabajadores que decidieran no adherir a la protesta.
Mientras la CGT aseguraba que el paro fue “un éxito rotundo” con fuerte adhesión en sectores estratégicos, el Gobierno insistió en que la mayoría de la población rechazó la medida de fuerza y que la actividad fue “casi normal” en varias áreas del país. Incluso el presidente Javier Milei se mostró públicamente trabajando en Casa Rosada junto a parte de su gabinete, en un intento por dar una señal de actividad y normalidad institucional.

“El paro no tuvo el acompañamiento de la gente. Fue una medida promovida por dirigentes sindicales que buscan defender privilegios, no a los trabajadores”, señaló una fuente de Presidencia. Según el Ejecutivo, los datos de circulación en transporte, actividad comercial y funcionamiento de organismos públicos demuestran una adhesión “muy baja” en comparación con paros anteriores.
Sin embargo, desde los sindicatos señalaron que el Gobierno intentó forzar la normalidad mediante presiones a trabajadores y amenazas de descuentos salariales, al tiempo que se cuestionó la utilización de mensajes por altoparlantes en estaciones de trenes con consignas contra el paro, medida que fue tildada por la CGT como “propia de regímenes autoritarios”.
En paralelo, el Gobierno admitió que el impacto económico del paro no fue menor. Se estimó una pérdida de casi 900 millones de dólares debido a la paralización de actividades productivas, comerciales y logísticas en distintos puntos del país. No obstante, funcionarios sostuvieron que el costo fue “responsabilidad exclusiva de los dirigentes sindicales”.
El paro general de este jueves fue el tercero que la CGT realiza desde el inicio de la gestión de Javier Milei en diciembre de 2023. La central obrera lo convocó en rechazo a las políticas de ajuste del Gobierno, la caída del poder adquisitivo y la paralización de la obra pública. Pese a las diferencias en la evaluación de su impacto, el escenario vuelve a mostrar la creciente tensión entre la Casa Rosada y el movimiento sindical.
Desde el oficialismo, anticiparon que continuarán impulsando reformas laborales y económicas “a pesar de los intentos de bloqueo” por parte de los sindicatos. Por su parte, la CGT aseguró que, si el rumbo del Gobierno no cambia, no se descartan nuevas medidas de fuerza en los próximos meses.