El extinto Juntos por el Cambio, el que más bancas pone en juego en octubre
La Libertad Avanza tendrá todo para ganar porque no existía hace 4 años en la provincia. Hacemos por Córdoba arriesga 2 y el kirchnerismo, una.

Por Gonzalo Dal Bianco
En Córdoba, el extinto Juntos por el Cambio, la fuerza que lideraban la UCR y el PRO, pondrá en juego 5 bancas de la Cámara Baja en el turno electoral de octubre que tendrá como misión renovar la mitad de los diputados nacionales del país. En el caso de la provincia, serán 9 de los 18 representantes que tiene. Esta vez, no tendrá renovación de senadores, a los que todavía les restan dos años más de mandato.
En ese escenario, el de Juntos por el Cambio no deja de tener su particularidad porque obtuvo 6 bancas en 2021, pero ahora renueva 5, porque un diputado decidió cambiar de bloque en la Cámara y ahora es parte de Encuentro Federal: se trata de Oscar Agost Carreño, quien supo presidir el PRO en la provincia. Los otros cinco quedaron con el sello de sus partidos de origen cuando la alianza terminó de romperse. Es el caso de Rodrigo de Loredo, Soledad Carrizo y Gabriela Brouwer de Koning, todos de la UCR; y Laura Rodríguez Machado y Héctor Baldassi, del PRO. Son los nombres que llegan al final de su mandato el próximo 9 de diciembre.

Luego hay dos bancas de Hacemos Unidos por Córdoba que forman parte del interbloque Encuentro Federal, que también tienen vencimiento de mandato: son los casos de Ignacio García Aresca y Natalia De la Sota. Como contracara de Juntos por el Cambio, ganó dos, pero arriesga tres. En aquel momento, la boleta, liderada por De la Sota, tenía como tercera candidata a la riocuartense Claudia Marquez, que quedó a las puertas de ingresar. Finalmente, un representante del kirchnerismo cordobés, como Pablo Carro, también pone en juego su banca, en una provincia siempre hostil para esa fuerza política, pero con un carril electoral en el que hay menos competidores, lo que alimenta la expectativa de que esa fueza pueda sostener una banca.
Dado este panorama, el oficialismo nacional de La Libertad Avanza tiene todo para ganar: no arriesga ningún diputado y viene de obtener un gran caudal de votos en la segunda vuelta electoral para Presidente. Claramente eso no será transferible, pero sí los propios y ajenos anticipan una buena performance violeta en la provincia. Como sea, terminará con saldo positivo; quedará definir el nivel de ese saldo.
Vale recordar que hace cuatro años hubo participación violeta. En aquella oportunidad había en el cuarto oscuro una boleta de La Libertad Avanza en Córdoba, con María Eugenia Gordillo como candidata a senadora (se renovaban los tres representantes de la Cámara Alta) y Rubén Daniel Petetta como primer candidato a diputado. Su caudal electoral fue pobre y no estuvieron ni cerca de llevarse un escaño. Los vientos corrían en otra dirección.
Lo cierto es que a partir de ahora comienza a tejerse la nueva campaña que ya se puso en marcha y que se intensificará con el correr de las semanas. Algunos movimientos, como el de la UCR que abrió la posibilidad de ir en alianza con La Libertad Avanza aunque con mucho ruido interno, de sectores partidarios que rechazan de plano esa posibilidad de ser “radicales con peluca”. Esa grieta aún no está saldada más allá del posicionamiento del partido que impulsó su conducción, liderada por Rodrigo de Loredo y Marcos Ferrer, el intendente de Río Tercero.
Ayer, el diputado cordobes y jefe de bloque de La Libertad Avanza en Diputados, Gabriel Bornoroni, dijo que nadie de la UCR se había comunicado con él para definir una estrategia y afirmó que La Libertad Avanza trabaja en una lista de candidatos bajo la mirada de Karina Milei, la presidenta del partido a nivel nacional, sugiriendo que cualquier acuerdo deberá pasar por la lupa de la secretaria general de la Presidencia.
Sin dudas, el escenario de la elección cordobesa obliga a imaginar quién perderá las bancas que ganará el oficialismo nacional; sea una, dos, tres o cuatro. Alguna de las fuerzas actuales tendrá un retroceso en la Cámara Baja.
Un escalón más abajo, se ubica la danza de nombres y posibilidades. ¿Cuántos de los 9 que llegan al final de su mandato tiene posibilidad de renovar su banca? Claramente son pocos. Posiblemente 4 de los seis que llegaron por Juntos por el Cambio tienen muy escasas posibilidades. Apenas De Loredo, dependiendo de cómo termine el acercamiento con La Libertad Avanza o una estrategia no prevista hoy; y Rodríguez Machado, bajo la gestión de Patricia Bullrich, podrían tener otros cuatro años.
Por el lado de Hacemos, Natalia de la Sota sigue teniendo chances de renovar mientras que las posibilidades de García Aresca son más escasas, más allá de ser un hombre estrechamente vinculado al gobernador Martín Llaryora. Hoy no está en el pelotón de nombres en danza en los primeros lugares de la lista.