El alfil que mueve Trump hacia la Argentina, en el arranque del nuevo esquema cambiario
La llegada del secretario del Tesoro estadounidense es, desde lo simbólico, un espaldarazo oportuno para Milei, que hoy tendrá su primera prueba de fuego con la flotación del dólar entre las bandas. Habrá más inflación de lo esperado y los salarios y jubilaciones volverán a perder poder adquisitivo.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, desembarcará hoy en Argentina en consonancia con la puesta en marcha del nuevo modelo cambiario que anunció el Gobierno el viernes y que tuvo casi 72 horas de ajustes para dar sus primeros pasos cuando abran los mercados.
El arribo de Bessent viene rodeado de una serie de especulaciones vinculadas a posibles anuncios que traiga bajo la manga. Uno podría estar vinculado a un trato diferencial de aranceles que aplique el gobierno norteamericano a la Argentina. Pero el de mayor impacto podría ser una asistencia complementaria del Tesoro de los Estados Unidos a la administración de Javier Milei, algo que el país del norte dejó de aplicar hace varias décadas. Cuando algún emergente entra en crisis, la herramienta a la que se echa mano es el Fondo Monetario Internacional, tal como ocurrió durante el Gobierno de Mauricio Macri, al que le prestó 45 mil millones de dólares que no fueron suficientes para detener la crisis; y la semana pasada con Milei, al que le prometió 20 mil millones que comenzarán a llegar este martes. Pero el Tesoro no tiene como práctica el giro de recursos a otros gobiernos. La tuvo, pero ya no. ¿Puede haber un cambio de paradigma con la Argentina, siempre tan especial? Es lo que desde algunas usinas se animan a especular.
Pero más allá de esa posibilidad, el respaldo es un hecho desde el punto de vista simbólico. Bessent no está de gira y pasa por Buenos Aires. Viene especialmente y en medio de una turbulencia mundial como hace más de una década y media que no se vivía. El secretario del Tesoro es el equivalente al ministro de Economía. Trump le da un día en Buenos Aires en medio de la guerra comercial. Es un espaldarazo fuerte en medio de la tensión creciente entre Estados Unidos y China, quienes tienen sus propios intereses además en América Latina y en Argentina en particular. China domina las explotaciones de litio en el país y hay que visitar Salta por unos días para observar lo que implica el movimiento en torno a esa industria. Pero además tiene uno de los principales jugadores en la exportación de granos, como es Cofco. Sólo por mencionar algunas, a las que se podrían incorporar la polémica base china en Neuquén, las paralizadas obras de las hidroeléctricas en Santa Cruz.
El caso de las inversiones de los Estados Unidos es más conocido y con más historia en la Argentina. Es el principal origen de la Inversión Extranjera Directa (IED) en el país con más de 300 empresas que realizan operaciones en territorio nacional.
Esa presencia de ambas potencias y el intercambio comercial con Argentina es central. China es el segundo destino de las exportaciones nacionales detrás de Brasil. A su vez, Argentina es el tercer mercado de agroalimentos del mundo para China, detrás de Estados Unidos y Brasil. Sobre ese escenario llegará hoy Bessent y generará una potente foto con el presidente Javier Milei. Un funcionario que más allá de que pueda o no sumar recursos a la nueva etapa del programa económico del Gobierno nacional, fue clave en los últimos días para que el FMI termine concretando el préstamo de los 20 mil millones que permitan una salida decorosa a un contexto complejo para la administración de Milei. Los 398 millones de dólares que el Banco Central tuvo que vender el viernes fueron la gota que rebasó el vaso. El esquema cambiario había quedado obsoleto y era insostenible. Desde hoy, con otro poder de fuego desde la botonera que comanda Santiago Bausili y un fuerte respaldo de la Casa Blanca, el Gobierno espera poder dar vuelta la situación. Aun cuando será inevitable pagar con un grado de inflación más elevado al menos en abril, mayo y junio y volver a meter a los salarios y las jubilaciones otra vez en terreno de pérdida de poder adquisitivo.