De la Sota rompe con el PJ cordobés y la UCR se desgarra en internas

Con el calendario electoral en marcha rumbo a las legislativas nacionales de octubre, Córdoba vive un escenario político convulsionado. Mientras el peronismo local evidencia divisiones cada vez más marcadas, con Natalia de la Sota lanzando su propio espacio por fuera del schiarettismo, la Unión Cívica Radical profundiza su crisis interna, con acusaciones cruzadas y la amenaza de una ruptura definitiva si se concreta una alianza con La Libertad Avanza.
Este martes se formalizó ante la Justicia Electoral la creación del frente “Defendamos Córdoba”, encabezado por De la Sota, quien decidió ir por fuera del armado que lideran el gobernador Martín Llaryora y el exmandatario Juan Schiaretti. La diputada nacional lanzó su nuevo espacio con fuertes críticas al gobierno de Javier Milei, pero también con un mensaje que la desmarca del cordobesismo: “Esta propuesta nace para frenar las políticas que dañan a nuestra provincia, con coherencia, sin miedo ni especulaciones”, expresó.
Apoyada legalmente por el Frente Grande de Córdoba y el Partido Laborista, la iniciativa pone en el centro valores como la justicia social, la defensa del ambiente, los derechos humanos y el federalismo. En su presentación pública, De la Sota apuntó directamente contra el ajuste nacional y denunció el “recorte de derechos, la crueldad contra los jubilados, el maltrato a las personas con discapacidad y el desfinanciamiento de la salud y la educación pública”.
Sin nombrarlos, también marcó distancia de sus antiguos aliados dentro del PJ local. La decisión de romper con el oficialismo provincial no solo es un gesto de autonomía, sino una señal clara de que el peronismo cordobés ya no logra contener bajo un mismo paraguas a sus distintas expresiones, lo que podría tener consecuencias concretas en las urnas.
Fractura radical: internas, denuncias y un congreso caliente
Mientras el peronismo pierde piezas clave, el radicalismo cordobés atraviesa una interna feroz que amenaza con romper al histórico partido en plena campaña. Esta noche, a partir de las 19, el congreso provincial de la UCR se reunirá para definir la lista que competirá en octubre. Pero la previa está marcada por la tensión y las recriminaciones públicas.
El legislador provincial Dante Rossi, del bloque Construyendo Córdoba, encendió la mecha al calificar la situación actual del partido como “un bochorno”. En declaraciones a radio Puntal AM de Río Cuarto, acusó directamente a las autoridades partidarias de haber “convertido al radicalismo en kirchnerista” y denunció actitudes autoritarias por parte de la conducción frente a quienes tienen visiones políticas disidentes.
“Si se concreta una alianza con La Libertad Avanza, el quiebre será definitivo”, advirtió Rossi, quien además recordó que existe un fallo del juez federal Miguel Hugo Vaca Narvaja que obliga a realizar la interna el próximo 10 de agosto. El incumplimiento podría derivar en sanciones legales para el partido.
La interna radical tiene dos frentes bien definidos. Por un lado, los referentes de Generación X, como el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, y el diputado nacional Rodrigo de Loredo, que ostentan el control formal del partido. Por el otro, el exintendente capitalino Ramón Mestre y el sector de Más Radicalismo, que exigen respetar la Carta Orgánica y las reglas internas. La disputa no es nueva, pero se agravó en la cuenta regresiva electoral.
La simultaneidad de estas crisis en los dos principales espacios históricos de Córdoba configura un escenario electoral fragmentado, incierto y altamente competitivo. Natalia de la Sota buscará captar votantes críticos del oficialismo nacional sin aliarse al cordobesismo ni al mileísmo, y lo hará apelando a una narrativa localista, federal y social. Mientras tanto, el radicalismo se juega su propia supervivencia política en medio de una guerra interna que lo debilita frente al electorado.
En un año marcado por el ajuste económico, los recortes presupuestarios y la tensión social, Córdoba llega a las elecciones sin grandes frentes unificados. La proliferación de listas, rupturas y nuevos espacios podría redibujar por completo el mapa político de la provincia.
La pregunta de fondo es quién logrará canalizar ese malestar en las urnas: si los nuevos actores que nacen con discurso autónomo, como De la Sota; si los viejos partidos que sobreviven a sus propias disputas; o si el oficialismo libertario logrará capitalizar el caos con su narrativa antipolítica. En cualquier caso, una cosa está clara: ni juntos ni revueltos, en Córdoba nadie se pone de acuerdo.