Aprehenden a un adolescente reincidente y a dos menores que se habían fugado de un complejo juvenil
El establecimiento del que escaparon está bajo la órbita de SENAF. Entre los jóvenes se encuentra un menor que fue arrestado 15 veces en 10 meses. Todavía hay un chico prófugo que es intensamente buscado por la policía.
Un operativo policial culminó con la captura de tres adolescentes de 16 y 17 años que se habían fugado de una residencia juvenil en la ciudad de La Calera, ubicada a las afueras de Córdoba capital. Los menores, que se encontraban bajo la órbita de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), abandonaron el complejo sin autorización, en compañía de un cuarto joven que aún permanece prófugo.
El hecho fue detectado cuando los responsables del centro advirtieron la ausencia de los menores y dieron aviso a las autoridades. Inmediatamente, se activó un operativo de rastrillaje, que incluyó móviles policiales y personal de a pie, con el objetivo de dar con los fugitivos.
Tras varias horas de búsqueda, los efectivos lograron localizar a tres de los adolescentes en un descampado cercano. Uno de ellos, conocido por su historial delictivo y por haber sido detenido en varias ocasiones, fue puesto bajo resguardo y trasladado de nuevo al complejo juvenil. Se trata del adolescente que lleva 15 aprehensiones en casi 10 meses y que fue arrestado el pasado 20 de noviembre por el robo armado de un auto.
Los tres fueron reingresados a la residencia, mientras se intensifican los esfuerzos para dar con el cuarto menor involucrado en la fuga.
El incidente ha generado preocupación sobre el tratamiento de los menores con antecedentes delictivos dentro del sistema de protección de la SENAF. En este contexto, el Ministerio de Desarrollo Humano, que supervisa la gestión de la Secretaría, solicitó a la jueza interviniente la colocación de una tobillera electrónica para el menor reincidente. Sin embargo, la solicitud fue rechazada por la jueza penal juvenil, quien consideró que «no corresponde» aplicar ese tipo de medidas y dispuso que el joven continuara bajo la modalidad de control habitual.
Ante este rechazo judicial, el Ministerio de Desarrollo Humano decidió reforzar la seguridad en el complejo juvenil y estableció una consigna policial permanente en la puerta del centro, para evitar nuevas fugas y garantizar el resguardo de los menores.