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junio 15, 2025
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Tras un fallo judicial, la Mona Jiménez deberá pagar una millonaria indemnización a su hija no reconocida

La Justicia de Córdoba condenó al popular cantante cuartetero a pagar más de 300 millones de pesos por daños y perjuicios tras años sin reconocer públicamente a su hija. La denuncia fue presentada en 2015.

La Justicia de Córdoba condenó este martes al popular cantante Juan Carlos “La Mona” Jiménez a pagar una suma millonaria a su hija, Natalia Jiménez Rufino, por daños y perjuicios derivados de su negativa a reconocerla legalmente durante años. La decisión fue tomada por la jueza de Primera Instancia María Virginia Arato, aunque aún restan dos posibles instancias de apelación.

La cifra supera los 300 millones de pesos, según reveló una de las abogadas de Natalia, Carolina Farías, en diálogo con el El Doce. “Es un fallo histórico dada la celeridad con que actuó el Poder Judicial y por la importancia de la cifra”, sostuvo la letrada.

La demanda se presentó en 2015, año en que fracasó una instancia de mediación entre las partes. Natalia, que desde muy joven luchó por el reconocimiento de su identidad, inició entonces una acción judicial por daños y perjuicios. En 2021, mediante un análisis de ADN, La Mona reconoció legalmente su paternidad, y ese mismo año el Juzgado de Familia de octava nominación de Córdoba ordenó inscribir a la mujer bajo el nombre Natalia Romina Jiménez Rufino en el Registro Nacional de las Personas.

“Hoy puedo verme al espejo y decir quién soy. Ahora sí tengo un papel. Pero lo que no me termina de completar es por qué nunca me escucharon cuando pedí que esto se resolviera en silencio, entre nosotros”, expresó Natalia en una entrevista con El Doce.

Los detalles de la historia

Según consta en la sentencia judicial, Liliana Beatriz Echevarría, madre de Natalia, conoció a Jiménez cuando tenía 18 años, durante unas vacaciones en Córdoba. La relación, mantenida en secreto debido a que el cantante ya estaba casado, derivó en un embarazo. Al comunicarle la noticia, Jiménez se negó a asumir la responsabilidad y Echevarría regresó a Buenos Aires, donde dio a luz.

Natalia supo desde pequeña quién era su padre: se enteró a los ocho años, gracias a su abuela. En diversas entrevistas ha contado que si bien tuvo encuentros esporádicos con el artista, aseguró que hace años que no tienen relación. “Él solo pagó algunas cuotas escolares”, contó.

No obstante, en el juicio se presentaron pruebas de vínculos sostenidos durante la niñez de Natalia, incluyendo fotografías, filmaciones y cartas enviadas por el cantante. “Es verdad que hubo contacto, pero no se reconocía oficialmente el vínculo. Natalia necesitaba el respaldo legal de su identidad”, explicó la abogada Farías.

En declaraciones anteriores, Natalia había expresado la importancia de contar con una certificación legal: “Es mi identidad, yo quería saber con una prueba científica. Yo lo sé, porque tengo recuerdos, fotos, cartas, cosas que él me regaló. Pero necesitaba tener un papel que diga que no estaba mintiendo”.