«Nos fuimos con los brazos vacíos»: la sentencia por el Neonatal se acerca y las heridas siguen abiertas
A días de la sentencia por la muerte de cinco recién nacidos en el Hospital Neonatal de Córdoba y ocho bebés con lesiones graves, los acusados hicieron uso de la última palabra. Brenda Agüero volvió a declararse inocente y criticó a las madres de las víctimas, mientras funcionarios clave admitieron falencias y errores que pudieron haber evitado la tragedia.

A una semana de conocerse el veredicto en el juicio por las muertes de bebés en el Hospital Neonatal de Córdoba, los padres de las víctimas expresaron su dolor, sus sospechas y su reclamo de justicia con palabras durísimas. La causa, que desde el inicio conmovió a la opinión pública, tuvo este martes una jornada clave, marcada por las últimas declaraciones de Brenda Agüero, la enfermera acusada de ser la autora material de los crímenes, y también por el cierre de los exfuncionarios del sistema de salud provincial que estuvieron imputados por encubrimiento o negligencia.
Entre lágrimas y con una mezcla de impotencia y rabia, familiares relataron cómo se enfrentaron durante más de cincuenta audiencias a los recuerdos de sus hijos muertos, a los detalles técnicos de las pericias médicas y, sobre todo, al silencio y la frialdad que, afirman, mostró la imputada durante todo el proceso.
Raúl, padre de Francisco Calderón, el primer bebé que falleció en marzo de 2022, no dejó dudas: “Francisco no murió, a Francisco lo asesinaron. Y lo asesinó Brenda Agüero. No tengo ninguna duda. En cada audiencia quedó más claro que ella es la responsable. Las pruebas, las coincidencias, las presencias reiteradas, los pinchazos en lugares que no tienen justificación médica… no se puede tapar más”, expresó. A su lado, Vanessa, la madre de Francisco, completó: “Entramos a este juicio ya condenados a vivir con un dolor irreparable. Lo hicimos por él, por su vida, para que nunca más haya tanto silencio en un hospital. Esperamos que la justicia esté a la altura del horror que vivimos” expresó a Puntal.
Las coincidencias clínicas entre los casos reforzaron las sospechas: bebés sanos que, a las pocas horas de nacer, entraban en paros cardiorrespiratorios sin explicación, niveles altísimos de potasio e insulina detectados en sus cuerpos, y la presencia constante de Agüero en esos momentos críticos. Los familiares denunciaron, además, el rol de los funcionarios del hospital y apuntaron al encubrimiento. Según sostienen, desde mayo de 2022 el personal directivo ya estaba al tanto de lo que ocurría, pero la primera denuncia formal recién se presentó el 6 de junio, cuando ya había al menos dos muertes y varios bebés con secuelas irreversibles.
La enfermera, detenida desde agosto de 2022, rompió el silencio en el final del juicio para declarar por tercera vez. Dijo estar “tranquila” y volvió a insistir con su inocencia. “No soy una asesina serial como quisieron hacer creer. Mi vida se arruinó. Todo se cayó. Pero yo sé que no hice nada”, sostuvo, al tiempo que lanzó un reproche inesperado a las madres de las víctimas. “Me dolió mucho verlas sentadas con papelitos. Se les murió un hijo, ¿por qué necesitaban un guion? Fue muy chocante. Nunca viví algo así y espero nunca vivirlo”, dijo. Aseguró también que el juicio fue desigual, que ella fue tratada de manera distinta al resto de los imputados, y que hay una construcción mediática que la demonizó.
Pero no fue la única en hablar. La exdirectora del hospital, Liliana Asís, también hizo uso de su última palabra. Reconoció que durante el juicio accedió a información que antes desconocía y sostuvo que, en su momento, nunca consideró que las muertes pudieran tener un trasfondo penal. “Siempre lo vi como una cuestión médica”, aseguró, y cerró con un escueto: “Disculpen”.
A su turno, el exministro de Salud provincial, Diego Cardozo, dijo que tampoco había comprendido la dimensión de lo que ocurría hasta que empezó el juicio. Atribuyó su desconocimiento a problemas de salud que atravesaba en aquel momento, pero afirmó que una vez que recibió información concreta, el 7 de junio de 2022, ordenó que se investigara. “Si me hubiera enterado antes, las medidas se habrían tomado antes”, expresó. “No caben dudas de que el día que supe lo que estaba pasando, se actuó. Y desde entonces no hubo más hechos fatales”.
Las palabras de ambos funcionarios fueron leídas por las familias como un intento tardío de asumir parte de la responsabilidad sin cargar con toda la culpa. “No fue una, fueron muchas muertes evitables. Si el hospital hubiera denunciado a tiempo, tal vez solo Francisco estaría muerto, y no todos los demás”, dijo Raúl. “Nos dijeron que eran casos aislados, nos mandaron a casa con los brazos vacíos. Lo que Brenda hizo fue inhumano. Y los que callaron, también son culpables”, agregó Julieta Guardia, mamá de Ibrahim, otra de las víctimas.
La fiscalía pidió prisión perpetua para Brenda Agüero, y penas menores, de uno a cuatro años e inhabilitación, para otros doce imputados por encubrimiento e irregularidades administrativas, entre ellos Cardozo y Asís. La sentencia será leída el próximo miércoles 18 de junio. Para las familias, esa fecha marcará un cierre judicial. Pero, como repitieron todos, el duelo sigue abierto. “El primer condenado fue Francisco. Él está enterrado. Solo esperamos que el tribunal no falle también”, concluyó Raúl.