Marca Informativa CBA

septiembre 19, 2024
Generic selectors
Coincidencia exacta
Buscar en el título
Buscar en el contenido
Post Type Selectors

Denuncian «bautismo» con cal viva a paracaidistas del Ejército en Córdoba

La Justicia Federal investiga el hecho a partir de una denuncia anónima. 20 de los 35 paracaidistas que participaron del episodio sufrieron graves daños a su salud. Afirman que hay resistencia a que se sumen más testimonios por miedo a represalias.

La Justicia Federal investiga un grave hecho de «bautismo» realizado el pasado 17 de mayo a unos 35 paracaidistas que completaban su formación en el Regimiento 14 de Paracaidistas del Tercer Cuerpo de Ejército Córdoba, camino a La Calera. 

En un video que forma parte de la investigación, se puede ver a varios soldados con una rodilla a tierra y mientras el superior le gritaba en la cara «¡Paracaidista!», ellos respondían «¡Siempre!», al mismo tiempo que se les arrojaba cal viva en la cara y quedaban cubiertos en medio de una nube de polvo blanco.

Según informaron fuentes judiciales a La Voz, algunos soldados se descompusieron en el momento y muchos más transcurridos algunos minutos. Vómitos, náuseas, afecciones en los ojos, vías aéreas y digestivas, fueron los síntomas más comunes entre casi 30 jóvenes efectivos. 20 de ellos resultaron gravemente lesionados.

Además, el principal problema ocurrió cuando les hicieron lavar con agua, lo que provocó un efecto contraproducente, con una reacción severa.

Al tomar contacto con el agua o con la humedad de los tejidos humanos, la cal viva se activa, reacciona y provoca secuelas serias. El compuesto de hidróxido de calcio genera secuelas al ser inhalado y también causa graves irritaciones o quemaduras al tomar contacto con la piel. En los ojos, las lesiones pueden ser más serias, con posibilidad de daño en la visión. Si la exposición es intensa, los tejidos pueden morir, con secuelas definitivas.

Cabe señalar que esta práctica fue prohibida por las autoridades de Defensa desde mediados de 2022, luego de la muerte en Paso de los Libres (Corrientes) del subteniente Matías Chirino (22) por excesiva ingesta de alcohol. En ese episodio, más de 20 efectivos resultaron lesionados: les arrojaron cal viva en la cara junto con un “baño” de sidra, según fuentes con acceso a la denuncia.

¿Cómo comenzó la investigación?

La investigación por el hecho ocurrido en mayo se inició a partir de una denuncia de un anónimo en representación de un tercero (que sería un amigo). El fiscal Maximiliano Hairabedian recibió el expediente y, según La Voz, fue remitida luego por razones de turno al fiscal federal Carlos Casas Nóblega.

En la Justicia aseguran que actualmente la investigación se encuentra en estado «embrionario».

En conversación con Marca Informativa Córdoba, el abogado Jerónimo Argarañaz, que asiste legalmente al denunciante, asegura que hay resistencia entre los damnificados a brindar testimonio porque un alto mando del Ejército amenazó con represalias si notificaban a la ART o a la Justicia de lo ocurrido.

«Por eso los chicos están totalmente aterrados con miedo, no quieren saber absolutamente nada de lo sucedido porque tienen miedo a las represarias, ya sean físicas, psíquicas y ver mermada su posibilidad de continuar en la carrera militar», sostuvo el letrado.

¿Cómo ocurrió este brutal «bautismo»?

Argarañaz relató que todo ocurrió el 17 de mayo, donde se les ordenó a unos 35 egresados de un curso de paracaidismo en el Regimiento 14 de Paracaedismo, formarse en fila y arrodillarse.

En estas circunstancias, mientras iban pasando uno a uno, debían gritar «¡Paracaidista!» y, cuando quedaban con la boca abierta, les propinaban un polvo, que en principio era harina, como así siempre fueron todos los rituales, y un chorrito de sidra en la cabeza.

Sin embargo, el abogado denunciante afirma que en esta circunstancia en particular, en cambio de suministrar la harina, le terminaron tirando cal, que se activó con la humedad de los ojos, de las mucosas de la nariz y boca, y haberlo inhalado llegando a las vías respiratorias, con lo cual produjo una gran afección en todos los paracaidistas.

Imagen ilustrativa.

Argarañaz sostiene que «no cabe la posibilidad de que esto sea un error» y que, de haberlo, se incurre en una cuestión doloza. «¿Cómo puede ser que no se hayan advertido al tercero, cuarto, quinto paracaidista que le están tirando un producto que nocivo para la salud, como la cal, que es distinto a la harina?», se pregunta el letrado.

El defensor también destaca que quienes llevaban a cabo este ritual mostraron indiferencia por aquellos que ya habían recibido la cal en su cuerpo: «A los que ya le habían suministrado cal, iban tosiendo, quejándose, vomitando y teniendo náuseas. Entonces, culminaron con los 35 sin importarles».

Amenazas y represalias ante posibles denuncias

Jerónimo explica que en el Ejército hicieron una «pantomima, un simulacro de investigación donde solamente dejaban asentadas cuestiones que ellos mismos querían escuchar». «Actuaron como siempre actúan, de manera orgánica, verticalista, castrense y clandestina», sostuvo.

El abogado asegura los oficiales preguntaron «una y otra vez sobre lo mismo para darle la vuelta y que el soldado voluntario termine declarando lo que ellos quisieran y luego siempre haciéndolos atender en hospitales militares y en el propio regimiento con el médico militar», con el objetivo de mantener este hecho bajo estricto hermetismo.

Imagen ilustrativa.

Argarañaz cuenta que, en estas circunstancias, cuando uno de los soldados voluntarios intentó comunicarse con la ART, porque se encuentran en blanco, un alto mando del cuerpo decidió convocarlos a todos en Plaza de Armas y, una vez formados, les explicó de manera totalmente coactiva, («que es más grave que una amenaza», calificó), les indicó que cualquiera que hiciera una denuncia penal o que recurriera a la Justicia y o reclamos en la ART, cualquier soldado estaba autorizado a tomarlo de cuello y pegarle unas piñas y que «si no se atrevían a eso que se lo comunicaran a él para que él tomara cartas en el asunto».

Por último, el abogado repudió el hecho y ponderó el «pasado oscuro que presenta la institución». Asimismo, sostuvo que la Fuerza debería ser «extremadamente transparente, someterse a cualquier decisión judicial y ponerse en conocimiento de la Justicia, pero no, prefieren cubrirlo en un claro abuso de autoridad y someterlo todo al tratamiento interno, evitando cualquier posible filtración».

La versión del Ejército Argentino

Tras conocerse el escándalo que involucró a soldados del Regimiento 14 de Paracaidistas del Tercer Cuerpo de Ejército de Córdoba en una polémica «ceremonia de bautismo», el Ejército Argentino emitió un comunicado oficial para abordar los lamentables hechos ocurridos el pasado 17 de mayo.

El comunicado oficial del Ejército expresa: «A un grupo de 35 efectivos y por un error de quienes debían llevar el material, se les arrojó cal en lugar de harina. Ese personal fue el afectado e inmediatamente evacuado al Hospital Militar Córdoba, donde recibieron atención médica y se les realizaron estudios. Un grupo reducido quedó en observación y posteriormente, fue dado de alta».

Además, se menciona que se han iniciado actuaciones disciplinarias internas para determinar responsabilidades por la falta de control durante el evento. Sin embargo, el comunicado no hace mención explícita a la prohibición vigente desde hace dos años sobre cualquier tipo de ceremonia de «bautismo» o «iniciación» dentro de las Fuerzas Armadas, reglamento que claramente fue infringido en este caso.

El abogado Jerónimo Argañaraz, representante legal de varios de los soldados afectados, ha destacado la gravedad de las lesiones sufridas por los jóvenes soldados y ha exigido que se esclarezcan los hechos con responsabilidad y transparencia.

En el texto, el Ejército promete cooperar plenamente con las investigaciones judiciales y reitera su compromiso con la integridad y el bienestar de todos sus miembros, así como el cumplimiento estricto de las normativas vigentes para prevenir incidentes similares en el futuro.