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noviembre 21, 2024
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Crimen de Susana Montoya: Fernando Albareda se abstuvo de declarar y la Fiscalía agravó su imputación

La Fiscalía decidió sumarle los agravantes de alevosía y codicia a la acusación contra Albareda, acusado de matar a su madre. El detenido negó estar implicado en el crimen.

La Fiscalía del distrito 4 turno 3, a cargo de Juan Pablo Klinger, decidió agravar la imputación de Fernando Albareda, el único sospechado por el asesinato de Susana Montoya, elevando la acusación a homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por codicia.

Este cambio en la carátula implica que, en caso de ser hallado culpable, Albareda enfrentaría una pena de cadena perpetua. Cabe recordar que la detención del militante de HIJOS causó conmoción el pasado jueves, luego de que diversas pruebas lo señalen como el presunto autor del asesinato y de las amenazas contra su familia.

Mientras se encuentra detenido en la cárcel de Bouwer, el acusado tuvo este viernes su primera declaración formal a través de una videoconferencia con el fiscal Juan Pablo Klinger. Durante esa indagatoria, Albareda negó su implicación en el crimen y optó por abstenerse de declarar, según confirmaron fuentes de la causa a El Doce.

De esta manera, Fernando Albareda se encuentra en una situación cada vez más complicada en relación con el asesinato de su madre, Susana Montoya, ocurrido en su casa de Ampliación Poeta Lugones. Albareda es el único acusado en este caso, y el testimonio más comprometedor proviene de su propio hermano, Ricardo Albareda, quien está convencido de la culpabilidad del sospechoso.

Ricardo Albareda fue aceptado como querellante en la causa y apunta contra su hermano

En una entrevista exclusiva con Marca Informativa Córdoba, Juan Pablo Bastos, abogado de Ricardo Albareda, relató cómo su cliente se mostró convencido desde el principio de que Fernando Albareda era el autor material del asesinato. Según Bastos, Ricardo basó sus sospechas en varios indicios significativos que resultaron determinantes para la Fiscalía.

Uno de los elementos que más llamó la atención de Ricardo fue la ausencia de signos de violencia en la entrada de la casa de su madre. Susana Montoya, de 74 años, era conocida por ser extremadamente cuidadosa, al punto de no abrir la puerta a nadie que no fuera de su entera confianza. El hecho de que no hubiera forzaduras en las cerraduras hizo que Ricardo pensara que el autor del crimen había ingresado con una llave, lo que automáticamente lo llevó a sospechar de alguien cercano, como su propio hermano.

Además, Ricardo notó que el dormitorio de su madre estaba dispuesto de una manera inusual, diferente a sus hábitos cotidianos. Esta observación reforzó su teoría de que quien cometió el crimen conocía bien a la víctima y su entorno.

Otro punto crucial que alimentó las sospechas de Ricardo fue la inminente indemnización que la familia esperaba recibir. Esto se debe a una reparación por la desaparición forzada de su padre, el exsubcomisario Ricardo Fermín Albareda, durante la última dictadura militar. Según Bastos, Ricardo creía que Fernando podría haber tenido un interés desmedido en apropiarse de la totalidad de esa indemnización. Resulta que él se consideraba el «único merecedor» de la misma por haber llevado adelante la lucha por la reivindicación de su padre.

La relación distante y forzada entre Fernando y Susana Montoya también fue un factor relevante. Según testimonios de familiares y allegados, Fernando estuvo ausente de la vida de su madre durante muchos años. Esto, según Ricardo, podría haber generado un resentimiento o motivación oculta para cometer el crimen.