El mundo despidió al Papa Francisco en la Plaza de San Pedro
En una ceremonia sobria, como el propio pontífice había solicitado, el Cardenal Re trazó un perfil pastoral y humano del Papa argentino, destacando su legado de humildad, misericordia y cercanía al pueblo.

Este sábado, la Plaza de San Pedro fue escenario de la misa exequial por el Papa Francisco, fallecido el pasado lunes a los 88 años. La celebración fue presidida por el Cardenal Giovanni Battista Re, Decano del Colegio Cardenalicio, y reunió a más de 200.000 fieles provenientes de todo el mundo, junto a delegaciones oficiales de diversos países y líderes de distintas religiones.
En una ceremonia sobria, como el propio pontífice había solicitado, el Cardenal Re trazó un perfil pastoral y humano del Papa argentino, destacando su legado de humildad, misericordia y cercanía al pueblo. “Recorrió el camino del servicio hasta el último día de su vida”, expresó durante la homilía. También evocó su última aparición pública, el Domingo de Pascua, cuando a pesar de su frágil salud, impartió su bendición desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
El Cardenal recordó momentos clave de su vida y pontificado: su paso por la Compañía de Jesús, su trabajo en Buenos Aires, su elección en 2013, y su firme defensa de los más excluidos. “Fue un Papa con el corazón abierto hacia todos”, dijo, subrayando el espíritu evangelizador y el compromiso social que marcaron sus años al frente de la Iglesia.
El mensaje de Francisco, centrado en la misericordia, la justicia y la cultura del encuentro, fue recordado como una guía que seguirá inspirando a la Iglesia y al mundo. Al final de la misa, el cardenal concluyó con una de las frases más queridas del Papa: “No se olviden de rezar por mí”, y añadió con emoción: “Ahora te pedimos a ti que reces por nosotros”.
Con esta despedida cargada de afecto, la Iglesia universal honró al 266º sucesor de Pedro: un pastor cercano, un servidor del Evangelio y un hombre que supo vivir, como él decía, “con olor a oveja”.