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junio 16, 2025
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El dato en rojo de la economía: ¿por qué el consumo no repunta y se sigue hundiendo?

El bolsillo no logra recuperar terreno y además hay rubros de los gastos familiares que se llevan una porción cada vez mayor de los ingresos.

Por Gonzalo Dal Bianco

El movimiento económico por el Día del Padre volvió a encender las alarmas porque las ventas cayeron con respecto al pésimo registro de 2024, cuando se había observado un retroceso superior al 10% respecto a un año atrás. Es decir, para este último fin de semana los comercios vendieron menos que en el subsuelo del año pasado.

Pero además, no se trata de un hecho aislado en el tiempo o geográficamente. Los distintos relevamientos realizados por entidades mercantiles arrojaron, con distinto grado de profundidad, una caída en ventas. Para la Came, la institución representativa de escala nacional, el movimiento se contrajo 1,7% mientras que para Fedecom, que nuclea a las organizaciones mercantiles de la provincia, fue del 2% el retroceso. En particular, la Cámara de Comercio de Córdoba, con jurisdicción en la capital provincial, midió una baja del 4%. Todas manifestaron su preocupación por el contexto y la tendencia negativa.

En medio de la euforia que expresa el Gobierno por la baja de la inflación, ratificada con el dato de mayo que alcanzó el 1,5% según Indec, el bolsillo de los argentinos parece no poder acomodarse. Allí hay una serie de variables que están impactando, entre las cuales hay una central: los ingresos no terminan de recuperarse. Aunque en esa definición hay un abanico amplio de situaciones: los trabajadores formales privados, en general son los que mejor vienen contra la inflación; los públicos, con un notorio atraso en el poder de compra; y los informales. En cada uno de los tres grupos, a su vez, existen contrastes importantes dependiendo su rama de actividad, lo que muchas veces desdibuja esas divisiones que claramente no son estancas.

Vale un dato para graficar la situación de ingresos y empleo: de acuerdo al último dato disponible, los salarios reales sufrieron en marzo su mayor caída desde diciembre de 2023, mientras se perdieron 9.000 puestos de trabajo asalariado ese mismo mes. Vale recordar que fue cuando el IPC dio 3,7% y generó mucha preocupación en el Gobierno. Eso volvió a poner en rojo los ingresos que intentaban recuperarse de un largo período de caída iniciado en 2018. Es lo que se esconde detrás de las dificultades del consumo. Pero no es lo único.

Hay también un componente de nueva distribución del gasto familiar. El fuerte incremento tarifario no fue gratis. Los argentinos deben destinar una mayor porción de sus ingresos a pagar luz, gas, transporte, prepagas y eso les quita “resto” para los rubros de consumo masivo como alimentos o vestimenta. Peor aún aquellos sectores de bienes o servicios que no son de primera necesidad y que quedaron lejos en el orden de prioridades de cada mes.

Sin ir más lejos, en el último buen dato de inflación de mayo, que arrojó el 1,5% de inflación, los alimentos y bebidas aumentaron 0,5% pero los servicios duplicaron el nivel general. Si se toma el informe del Indec dividiéndolo en bienes y servicios, en mayo, los primeros se incrementaron 0,9% mientras que los segundos lo hicieron en un 2,7%. Incluso, en la medición interanual, los servicios aumentaron 72,4% y los productos 33,1%.