Talleres e Instituto empataron y se quedaron con sabor a poco
En un clásico cordobés intenso pero sin demasiadas emociones, Talleres e Instituto empataron 1-1 en el estadio Mario Alberto Kempes ante más de 50 mil hinchas. Barticciotto abrió el marcador para la «T» y Franco igualó para la «Gloria». Palacios fue expulsado en los minutos finales.
En una nueva edición del clásico cordobés, Talleres e Instituto se enfrentaron en el estadio Mario Alberto Kempes, donde más de 50 mil hinchas albiazules vivieron una noche de alta tensión que terminó con un empate 1-1. El partido tuvo sus momentos de emoción en la segunda mitad, pero dejó a ambos equipos con un sabor agridulce.
El encuentro comenzó con un ritmo frenético, típico de un clásico, donde ambos equipos intentaron imponer su estilo de juego desde el primer minuto. Talleres, bajo la dirección de su DT Ribonetto, apostó por un esquema 4-3-3 con la intención de dominar la posesión y buscar profundidad por las bandas. Por su parte, Instituto, dirigido por Diego Dabove, planteó un 4-4-2 sólido y efectivo en la recuperación y salida rápida.
Los primeros 15 minutos vieron a un Talleres más propositivo, pero sin lograr concretar sus oportunidades. La primera chance clara llegó a los 7 minutos con un remate desviado de Ramiro Ruiz Rodríguez. Instituto, por su parte, respondió a los 22 minutos con una jugada de Lodico y Franco que fue bien contenida por el arquero Herrera.
El segundo tiempo y los goles
El complemento arrancó con cambios estratégicos. Gustavo Albarracín ingresó en Talleres buscando mayor dinamismo en el medio campo. A los 15 minutos, Bruno Barticciotto, recién ingresado, desató la euforia de los hinchas albiazules con un zurdazo imparable que abrió el marcador.
Sin embargo, la alegría de Talleres duró poco. Tres minutos después, Juan Franco capitalizó una rápida transición ofensiva y con una gran definición empató el partido para Instituto. Estos minutos de “locura” encendieron a los hinchas y prometían un final vibrante.
Un final agridulce
Tras el empate, ambos equipos intentaron retomar el control del partido con nuevos cambios. Ribonetto movió el banco buscando mayor agresividad, mientras que Dabove reforzó la contención de su equipo. El juego se ralentizó y ninguno de los dos equipos logró generar nuevas ocasiones claras.
La expulsión de Palacios en los minutos finales por un codazo innecesario dejó a Talleres con un hombre menos y terminó por sellar el empate. Los hinchas de la “T” se retiraron con un sabor agridulce, conscientes de que el equipo sumó su cuarto partido sin victorias en la Liga Profesional. La ausencia de su jugador más creativo, Ramón Sosa, se sintió notablemente en la falta de lucidez ofensiva del equipo.
Instituto, por su parte, se mostró sólido y eficaz, logrando un punto valioso que refuerza su objetivo de mantenerse competitivo en la liga. Aunque la “Gloria” no logró una victoria que hubiera sido significativa por el simbolismo del clásico y su condición de visitante, el empate dejó una sensación de satisfacción mesurada entre sus seguidores.
El clásico cordobés entre Talleres e Instituto terminó en empate, reflejando la paridad y la intensidad típica de estos encuentros. Ambos equipos mostraron destellos de buen fútbol, pero ninguno logró imponerse claramente. La Liga Profesional continúa, y tanto la «T» como la «Gloria» deberán seguir trabajando para alcanzar sus objetivos en la competencia. Mientras tanto, el sabor a poco que dejó este clásico será un impulso para mejorar en los próximos desafíos.