Velan a la viuda de un desaparecido asesinada en Córdoba y piden protección para la familia
Mientras se investiga el hecho, este lunes al mediodía se llevará a cabo el velatorio de la mujer de 74 años fatalmente golpeada durante el fin de semana. Por las reiteradas amenazas, organismos de DD.HH. expresan preocupación por la integridad del hijo de un policía desaparecido.
Este viernes, Susana Beatriz Montoya, de 74 años, fue encontrada muerta en su vivienda ubicada en el barrio Ampliación Poeta Lugones. La mujer fue hallada con golpes en su cabeza por su hijo Fernando Albareda, quien también se encontró con una grave amenaza escrita en una de las paredes de la vivienda: “Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos. #Policía”.
Esta inscripción ha llevado a los investigadores a considerar que el móvil del crimen podría estar relacionado con la historia familiar de la víctima. Susana Montoya era madre de Fernando Albareda, hijo del subcomisario Ricardo Fermín Albareda, quien fue torturado y desaparecido durante la última dictadura militar en Argentina.
Por eso, organismos de Derechos Humanos de Córdoba emitieron un comunicado solicitando la “urgente investigación y esclarecimiento del hecho, como así también las amenazas sufridas por todos los integrantes de su familia, denunciadas con anterioridad”.
En ese sentido, pidieron por “la seguridad y protección efectiva” de Fernando Albareda y su familia.
La familia agradeció “el acompañamiento y el cariño” y se informó que entre este lunes y martes se lleva adelante el velatorio de Susana.
Sus restos serán velados hoy de 13:00 a 21:00, y el martes entre las 9 y las 11. El lugar de la convocatoria es en la sala velatoria de calle Juan B. Justo 2306, y luego sus restos serán trasladados al Cementerio Parque del Sol.
Amedrentamientos constantes, un posible móvil y un asesinato cargado de violencia
En conversación con El Doce, Fernando Albareda, militante de HIJOS, aseguró en la mañana de este lunes que su madre había empezado a recibir llamadas desde hacía unos 20 días “no con amenazas pero sí con amedrentamientos”. “Le llamaban y le cortaban, ella no quería salir de la casa y yo la notaba muy angustiada”, afirmó el hombre.
Emocionado, Fernando contó que Susana tenía que ir al cardiólogo el viernes y que la había llamdo para saber cómo le había ido. Al no conseguir respuesta, Albareda se dirigió al domicilio de su madre y se encontró con la terrible escena: “Es espeluznante, en mi vida pensé que iba a suceder algo así, más allá de la forma en que mataron a mi padre”.
“Le reventaron la cabeza a ladrillazos y le clavaron un cuchillo en el cuello, fue absolutamente violento”, lamentó. Además, dejó entrever que, para el hijo del subcomisario desaparecido, las amenazas que dejaron en la cocina son para su hermano y para él.
Durante ese diálogo, Albareda sostuvo la hipótesis sobre un posible móvil del asesinato, relacionado con los 76.447.970,50 pesos de reparación histórica que iba a cobrar su madre por el crimen de lesa humanidad de su padre. “Hay mucho ruido con respecto al monto de dinero que tenían que pagarle a mi mamá por el beneficio que le corresponde la reparación histórica de su legajo”, comentó y sentenció: “Para mí, el pago de eso es el móvil del crimen”. Además, resaltó que del lugar no se habían llevado nada.
En ese sentido, el militante de HIJOS señaló que “en la Policía eso hizo mucho ruido” porque “los condenados a perpetua por los crímenes de lesa humanidad excepto Menéndez fueron todos policías y muchos de ellos tienen a sus hijos trabajando en la fuerza”.
Albareda también dijo que su madre aún no había cobrado el dinero y que el pago se iba a dar en los primeros días de agosto. “Nosotros somos privilegiados, tenemos trabajo, todo lo que tenemos lo tenemos bien ganado”, sostuvo el militante, y siguió: “Iba a ser un dinero con el que íbamos a ayudar a nuestros hijos a que terminen los estudios y a las hijas de mi hermana, pero nada más que eso”.
El trasfondo del asesinato que conmueve a Córdoba
Las circunstancias del crimen y las amenazas previas generaron un alto grado de preocupación entre las autoridades y la comunidad. Fernando Albareda ya había recibido en varias ocasiones mensajes intimidantes, hasta en diciembre último, cuando halló amenazas anónimas que incluían mensajes escritos y balas calibre 22 largo. Estas amenazas, aunque no habían sido tomadas en serio por Fernando, ahora cobran un nuevo y siniestro significado a la luz del asesinato de su madre.
El fiscal Juan Pablo Klinger dispuso una serie de medidas para esclarecer el hecho, incluyendo la recolección de evidencia en la escena del crimen y la revisión de cámaras de seguridad en la zona. Además, se ordenó la realización de una autopsia para determinar con precisión la causa de la muerte de Susana Montoya.
Vecinos de la zona señalaron que a una cuadra de la casa de la víctima había una custodia policial permanente debido a un caso de restitución internacional de menores. Este dato, junto con las amenazas previas y el contexto histórico de la familia Albareda, motivaron la investigación, que no descarta ninguna hipótesis.