Una pericia clave derrumba la versión del expolicía Grasso en el crimen de Milagros Basto
La investigación por el crimen de Milagros Basto sumó en las últimas horas un dato determinante que contradice la declaración del expolicía Horacio Grasso y refuerza las pruebas en su contra. Los peritajes confirmaron que el material genético encontrado en la ropa interior de la víctima pertenece al exagente, quien ante la Justicia había asegurado no conocer a la joven.
El cuerpo de Milagros fue hallado oculto en el placard de un departamento que Grasso había ocupado, lo que dio origen a una causa que conmocionó por la gravedad de los hechos y las fallas previas en los controles judiciales.
El abogado de la familia de la víctima, Carlos Nayi, brindó detalles sobre el avance de la investigación y señaló que la última vez que Milagros fue vista con vida fue entre el 7 y el 8 de agosto de 2024. Según explicó, las pruebas indican que días después la joven estuvo en el departamento ubicado sobre calle Buenos Aires al 300, el mismo domicilio en el que Grasso incumplió su prisión domiciliaria en al menos 255 oportunidades.
De acuerdo a la querella, la evidencia reunida permitió reconstruir los hechos y derrumbar la versión inicial del acusado. “Las pruebas científicas dejaron sin sustento su relato”, afirmó Nayi, al remarcar que el vínculo entre la víctima y el imputado quedó acreditado en el expediente.
En la causa también se investiga el rol de Javier Grasso, hermano del condenado, acusado de colaborar en el encubrimiento del crimen. Según confirmó el abogado, permanece prófugo y es buscado a nivel provincial, nacional e internacional.
Por otro lado, se informó que el Tribunal Superior de Justicia resolvió iniciar un sumario administrativo contra dos jueces de ejecución penal y una fiscal, en el marco del análisis de las reiteradas violaciones a la prisión domiciliaria cometidas por Grasso. La medida apunta a determinar eventuales responsabilidades en el control del cumplimiento de la condena.
