Terminaron las excavaciones en La Perla por este año: hallazgos trascendentes
Autoridades provinciales, municipales y judiciales participaron de una recorrida por el predio donde trabajó el Equipo Argentino de Antropología Forense en una jornada que reunió a especialistas, familiares y organismos de derechos humanos. El cierre incluyó un acto cargado de emoción en el que se compartieron avances.

Hubo una recorrida por la zona conocida como Loma del Torito dentro de la Reserva Natural Militar La Calera.
La mañana de este martes quedó marcada por un momento de enorme trascendencia histórica en Córdoba. Tras más de dos meses de trabajo continuo, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) dio por finalizada la campaña de excavaciones 2025 en el predio de La Perla, el ex centro clandestino de detención más grande del interior del país.
El cierre tuvo lugar con un recorrido oficial por las áreas intervenidas, acompañado por autoridades provinciales, judiciales y municipales que aportaron recursos humanos, logísticos y técnicos para sostener la tarea. Puntal estuvo allí, registrando cada instancia de una jornada que combinó precisión científica, memoria colectiva y una emoción difícil de contener.
A primera hora de la mañana, un grupo de cincuenta personas caminaron junto a los antropólogos por la zona de excavación conocida como Loma del Torito dentro de la Reserva Natural Militar La Calera. Fue allí donde, meses atrás, se hallaron restos óseos compatibles con víctimas del terrorismo de Estado, en un sector que sobrevivientes y testigos ocasionales habían señalado desde hace décadas como área probable de enterramientos clandestinos.
En el recorrido, los especialistas del EAAF explicaron las características del terreno, la metodología empleada y la complejidad que implicó excavar en un espacio donde hubo remociones previas.
Tras el recorrido, se realizó un pequeño acto en el mismo predio, un espacio íntimo en el que familiares, organismos, funcionarios y el EAAF compartieron detalles de lo realizado. Las palabras de los presentes revelaron la dimensión humana del trabajo, pero también la profundidad histórica del momento. Silvana Turner del EAAF repasó los avances técnicos y recordó que esta es solo una etapa de un proceso más largo: “Los resultados que esperábamos, aunque nos sorprenden, son oportunos y necesarios. Queda por delante casi el 40% del área y el año próximo seguiremos con nuevas metodologías para agilizar la búsqueda”. El trabajo realizado hasta ahora permitió la recuperación de pequeños restos óseos y materiales. La principal hipótesis es que en la zona investigada existieron grandes fosas comunes que fueron removidas por los militares antes de caer el gobierno de facto, posiblemente, en el año 1979. Los cuerpos que estaban allí fueron llevados a otro lugar, pero quedaron algunos remanentes que podrían aportar información para su identificación al compararlos con el banco genético del EAAF.
A partir de este miércoles, explicó Turner, las tareas ahora se “mudan” al Laboratorio, donde tendrán el desafío de lograr identificar cada pieza hallada por más diminuta que sea.
La ministra de Desarrollo Humano, Liliana Montero, destacó el compromiso de la Provincia en un contexto de restricciones presupuestarias: “La intervención tiene que ver con una convicción histórica. En un contexto donde ‘no hay plata’, la Provincia podría haber dicho que esta causa, que es estrictamente de la justicia federal, no era su problema. Sin embargo, decidimos acompañar para que cordobeses y cordobesas puedan terminar un proceso muy doloroso”. El municipio, por su parte, aportó maquinaria, operarios y recursos de infraestructura necesarios para sostener las labores.
El juez federal Miguel Hugo Vaca Narvaja subrayó la importancia jurídica y reparadora de cada avance: “Todo lo logrado es una labor colectiva. Esta es la campaña número 12 desde 2003. Recibir el cuerpo de un desaparecido es de suma importancia para sus familiares: permite cerrar un duelo que lleva décadas. Estamos ‘apareciendo’ a los desaparecidos y desarmando una de las secuelas más nefastas de la dictadura”.
María del Carmen Torres, querellante histórica, expresó que este paso no solo confirma décadas de testimonios, sino que abre una etapa de verdad largamente esperada: “Esperamos 50 años, acompañamos, fuimos pacientes. Hoy la verdad empieza a salir a la luz. No hay más dudas”. Su voz se quebró cuando recordó que cada fragmento recuperado implica una vida truncada, una historia arrancada: “Hasta que cada fragmento tenga nombre y apellido, esos crímenes siguen sucediendo todos los días”.
Durante los trabajos se excavaron 4 hectáreas, realizando unos 10.000 metros lineales de trincheras. Para el 2026, aún queda por rastrear una superficie de 2 hectáreas en la misma zona. El trabajo contó con la colaboración del Departamento de Geología de la Universidad Nacional de Río Cuarto y del Servicio de Antropología Forense del Poder Judicial de Córdoba. Además, mujeres integrantes de la Cooperativa «Roby Santucho» , capacitadas por el EAAF, realizaron la tarea de cernido de tierra en el sitio de excavación.
La campaña 2025 cierra así con avances concretos y una certeza compartida: La Perla sigue hablando. La tierra, que durante la dictadura fue escenario del horror, se convierte en espacio de memoria activa, investigación científica y reparación histórica.
Entre la quietud del predio y el murmullo de quienes se abrazaban al finalizar el acto, quedó claro que lo ocurrido este martes no fue solo el cierre de una etapa técnica: fue la reafirmación de un compromiso colectivo. Un paso más en una búsqueda que no se detiene y que seguirá en 2026 con más áreas a excavar y con la esperanza de que los nombres sigan apareciendo. Porque, como repitieron familiares y especialistas, la verdad siempre emerge, incluso debajo de la tierra removida.