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septiembre 11, 2025
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Bolsonaro fue condenado a 27 años de prisión por intento de golpe en Brasil

El expresidente ultraderechista fue hallado culpable de conspirar contra el orden democrático tras su derrota en 2022 frente a Lula. Es el tercer exmandatario brasileño condenado por la Justicia.

Jair Bolsonaro

Jair Bolsonaro, quien gobernó Brasil entre 2019 y 2022, fue condenado este jueves a 27 años y tres meses de prisión por conspirar contra el orden democrático tras desconocer su derrota electoral frente al actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva. Con este fallo, el líder ultraderechista se convirtió en el tercer expresidente brasileño en recibir una sentencia condenatoria de la Justicia.

El tribunal consideró probado que Bolsonaro encabezó un plan para socavar las instituciones republicanas y frenar la alternancia de poder luego de las elecciones de 2022. La condena, inédita por su magnitud en la historia democrática reciente de Brasil, marca un punto de inflexión en el debate sobre los límites del autoritarismo en la región.

El caso de Bolsonaro se suma a una lista breve pero significativa de exmandatarios que enfrentaron condenas judiciales. Fernando Collor de Melo, presidente entre 1990 y 1992, recibió en 2023 una pena de ocho años y diez meses por corrupción y lavado de dinero vinculados al desvío de recursos de la estatal BR Distribuidora. Debido a su edad y problemas de salud, cumple arresto domiciliario en su residencia de Maceió.

Otro antecedente es el propio Lula da Silva, hoy nuevamente en el poder. Durante la operación Lava Jato, fue condenado en dos procesos a penas de siete y doce años de cárcel por supuesta corrupción ligada a constructoras. Pasó 580 días detenido en Curitiba, hasta que en 2021 el Supremo Tribunal Federal anuló los fallos por irregularidades procesales, lo que allanó el camino para su regreso político.

Con la sentencia de Bolsonaro, Brasil suma así un nuevo capítulo en su compleja relación entre poder político, justicia y democracia. El fallo no solo encierra consecuencias jurídicas para el expresidente, sino que también envía un mensaje contundente sobre los riesgos del golpismo y el peso de las instituciones frente a los intentos de quiebre del orden constitucional.